Historia

Nuestros Fundadores

Francisco Blánco Nájera

Francisco Blánco Nájera

Madre Soledad de la Cruz

 Madre Soledad de la Cruz

La Congregación Religiosa de Misioneras del Divino Maestro, es un Instituto de Vida Apostólica, fundada en España, en el año 1944-1945 en Baza (Granada) por Francisco Blanco Nájera (1889-1952), y Madre Soledad de la Cruz (1904-1965), quienes vivieron profundamente el ideal de llevar la luz de la verdad y el fuego del amor del Divino Maestro a la inteligencia y al corazón de los pobres. Se trata, por tanto de un carisma que tiene plena vigencia en la sociedad actual: La educación cristiana de los pobres...

...Conscientes de los desafíos que se plantean hoy a la educación, vivimos nuestra misión docente-evangelizadora, comprometidas en la construcción de una sociedad más fraterna y justa. La educación es el elemento de una sociedad más fraterna y justa. La educación es el elemento clave para afrontar los retos de nuestro tiempo: la opción preferencial por aquellos que son excluidos y marginados, por los que no tienen recursos, la atención a las nuevas pobrezas, la apertura a las minorías étnicas, culturales y sociales.

La Congregación Religiosa Misioneras del Divino Maestro es la Institución Titular que garantiza el servicio educativo, la responsable de expresar y mantener los principios que definen el tipo de educación que se desarrolla en nuestros Centros, así como los criterios de actuación que expresan la fidelidad a estos principios .

Vela de manera particular por la cohesión entre los distintos miembros y estamentos que constituyen la comunidad educativa, y por la coherencia y la calidad de la educación.

Queremos hacer visible la Iglesia comunión a través del dinamismo de la misión compartida con los educadores seglares, en quienes delegamos funciones y estimulamos el ejercicio de las diversas responsabilidades.

Desde el comienzo la Congregación opta por una filosofía educativa cristiana, procurando el crecimiento de los alumnos en la fe que les lleve a integrar en su vida los valores del Evangelio. Con nuestro Carisma impregnamos los ambientes educativos donde nos encontramos del espíritu evangélico de caridad y libertad, que planifican al hombre nuevo.

Los comentarios están cerrados.